Uno puede decir que el futbol son muchas cosas las que le venga en gana: que son once contra once en calzoncillos; que no es mas que un juego; que es el opio del pueblo; que futbol es futbol; o que lo hemos convertido en un negocio disparatado de interés general y beneficios muy particulares…Pero eso no puede ser todo, es imposible. No es suficiente. El futbol, como la filosofía, busca la verdad del ser humano y los caminos trazados en los dos ámbitos tienen
sus paralelismos..

sábado, 9 de octubre de 2010

El gol que nos hizo vibrar


Ramón era derribado pasando la media cancha. Aquel nobel árbitro llamado Armando Archundia señalaba la infracción. Corría la primera liguilla jugada por una escuadra que por fin comenzaba a vencer las vicisitudes del desierto. El comandante Zambrano toma el balón, algo platica con aquel rubio de facciones toscas que lo hacen distinguirse y apodarse el Ruso. El Ruso señala la portería y con su mano dibuja una comba, una forma sinuosa en el aire, como advirtiendo al viento el trayecto peligroso que un proyectil con forma de balón seguirá en unos minutos más.
La barrera colocada se encontraba. Una barrera de rojinegros, jóvenes promesas del balompié nacional. Al fondo, resguardando las redes esta también un joven que con el paso de los años escribirá gloriosos capítulos con la Selección, Oswaldo Sanchez.
El árbitro silba, la barrera se adelanta sin embargo el Comandante Zambrano sabedor de su calidad eleva el balón en corto casi de manera mágica, dejando éste a merced de la derecha privilegiada del Ruso Adomaitis.
El balón surca los aires y se anida, de manera violenta y contundente en las redes de aquella zona sur del Coloso de las Carolinas.



El estallido es casi instantáneo, el júbilo de la afición se funde con el propio Ruso que escenifica uno de los festejos más memorables del extinto Corona. Un festejo en aquella cerca perimetral que dividía muy poco las pasiones laguneras y se fundían en el grito de gol.

El Gol del Ruso Adomaitis, sin duda uno de esos GOLES que jamas deberemos olvidar.

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