Uno puede decir que el futbol son muchas cosas las que le venga en gana: que son once contra once en calzoncillos; que no es mas que un juego; que es el opio del pueblo; que futbol es futbol; o que lo hemos convertido en un negocio disparatado de interés general y beneficios muy particulares…Pero eso no puede ser todo, es imposible. No es suficiente. El futbol, como la filosofía, busca la verdad del ser humano y los caminos trazados en los dos ámbitos tienen
sus paralelismos..

viernes, 28 de mayo de 2010

La Crucifixión del Toro


No han pasado más de 7 días de ese extraño domingo en el que Vuoso lapidó las esperanzas guerreras de una cuarta estrella en el pecho albiverde cuando los botes inesperados del balón han dando la resignación inmediata a la dolida y sufriente Afición Lagunera.
Tal y como lo demanda la historia, desde tiempos inmemorables alguien tenía que ser crucificado para saciar al Espíritu Guerrero; Alguien de alguna manera tendría que pagar los errores de un pasado inmediato sin importar lo que la propia historia contara.

Vicente Matías Vuoso se convirtió en ese crucificado necesario para el pueblo. Todos, incluso un servidor, experimentamos la más fuerte rabia al ver como uno de los nuestros, uno que siempre que anota un gol besa el escudo con ferviente pasión, cerraba de tajo la posibilidad de victoria que todo un pueblo anhelaba.

Sí, el dolor para los que amamos el verde y el blanco fue inmediato, súbito, estremecedor. Hoy Vicente ha sido crucificado por todos nosotros y hoy ya no es mas parte del esfuerzo lagunero.

La historia es sabia y ella sabrá indicarnos nuestros errores en el futuro. Para Vicente, y para la propia afición, lo mejor fue esa crucifixión rápida poco dolorosa y sin exposición. Estoy seguro que las Glorias Laguneras, en el Olimpo del Corona, guardarán un sabio lugar para El Toro, ese que con sus goles y exóticos bailes hicieron vibrar en algún momento esta árida geografía; ese que con sus errores nos hizo recordar que no hay dioses en el futbol solo hombre imperfectos, como tu y como yo, capaces de errar y volverlo a hacer de manera grotesca y perfectamente humana.

EL REGRESO DE UN GUERRERO.

El regreso de uno de los grandes de la laguna es el paliativo perfecto que necesitábamos. Después de abandonar la trágica situación del Toro, la llegada del “Pony” parece reavivar el grito guerrero aun sofocado desde el domingo rojo de la Bombonera. El regreso para el Adiós solo parece ser el preámbulo, la introducción de una gloriosa temporada para la despedida de uno de los más grandes que haya pisado la Comarca Lagunera.