Pierden Piso.

Como resultado de la prepotencia que un titulo genera en un equipo chico en mentalidad y accionar, los Rayados del Monterrey han comenzado el recorrido sinuoso del Clausura 2011 con dos derrotas dolorosas y humillantes.
Este producto no es más que la representación grafica y viva de la soberbia que gira alrededor de la institución regiomontana que, al ganar dignamente al verdadero coloso del Norte la final, sintió tocar el cielo y hoy solo besa el suelo y las lagrimas de los tristes.
Indudablemente la escuadra regia deberá retomar el camino si su intensión es la de verdaderamente institucionalizarse como el grande del norte. Las pésimas demostraciones de futbol frente a San Luis y Estudiantes dejan ver la neblina mental que aun cobija a ciertos elementos que sienten aun los alaridos de la pasión del cerro de la silla desbordada hace algunas semanas.
La empresa apenas comienza. Tiempo hay de sobra para que este equipo vuelva a demostrar ese buen futbol que dignamente le hizo campeón. Hoy no se ve nada de ese lucido juego desequilibrante y movido, se ve solo un puñado de novatos queriendo participar en el juego de los grandes.

Un dato: Jonathan Orozco, quien apenas hace unas semanas era ya candidateado como próximo portero nacional, a escaso días del inicio del Clausura ofende al sector periodístico de su propia ciudad, muestra inequívoca de desorientación y prepotencia.