La alegría de la victoria, aunque fuera momentánea, duró muy poco. Escasos segundo pasaron para volver a tocar el suelo, la realidad que vive un equipo desencanchado en un torneo que empieza a tomar vuelo y en el que la medianía de los verdiblancos es evidente y sin progreso. Solo un gol-golazo por que no decirlo-que supo a poco con tan pobre accionar.
Nuevamente los de la Comarca, ahora frente a unos Tuzos llenos de pundonor, perdieron unidades valiosas en la Sagrada cancha del Corona, de ese nuevo TSM que aun no vive las grandes glorias intrínsecas de un Titulo en sus vitrinas.
La formación parecía ser agresiva en un principio. Con la legión negra adelante, más de un centenar en la Laguna dibujaban en sus mentes un juego ofensivo, vistoso para la pupila ávida de hazañas en el campo verde de batalla. La realidad fue otra. La inoperancia en el medio campo apareció nuevamente dejando improductiva esa columna vertebral del ente guerrero. El 58 y el 5, Guerreros no, solo simples jugadores y sus números, evidenciaron nuevamente lentitud y poca creatividad, esa que requiere en demasía el fútbol actual en dicha región de la cancha. Pelotazos en forma de auténticos cañonazos sin rumbo y dirección, fueron los resultados que esa línea media generó hacia el ataque.
Al final, con una expulsión del 5 merecida no solo por la agresión física a un contrario sino por la falta de respeto a la afición, nuestros sufrientes Guerreros perdieron 2 puntos importantes para su estadística.
Han terminado ya tres jornadas y aun no aparece la luz al final del túnel; ese túnel al que llegaron después de una final; ese túnel del que no ha podido salir uno y que jala a todos a la oscuridad.
Nuevamente los de la Comarca, ahora frente a unos Tuzos llenos de pundonor, perdieron unidades valiosas en la Sagrada cancha del Corona, de ese nuevo TSM que aun no vive las grandes glorias intrínsecas de un Titulo en sus vitrinas.
La formación parecía ser agresiva en un principio. Con la legión negra adelante, más de un centenar en la Laguna dibujaban en sus mentes un juego ofensivo, vistoso para la pupila ávida de hazañas en el campo verde de batalla. La realidad fue otra. La inoperancia en el medio campo apareció nuevamente dejando improductiva esa columna vertebral del ente guerrero. El 58 y el 5, Guerreros no, solo simples jugadores y sus números, evidenciaron nuevamente lentitud y poca creatividad, esa que requiere en demasía el fútbol actual en dicha región de la cancha. Pelotazos en forma de auténticos cañonazos sin rumbo y dirección, fueron los resultados que esa línea media generó hacia el ataque.
Al final, con una expulsión del 5 merecida no solo por la agresión física a un contrario sino por la falta de respeto a la afición, nuestros sufrientes Guerreros perdieron 2 puntos importantes para su estadística.
Han terminado ya tres jornadas y aun no aparece la luz al final del túnel; ese túnel al que llegaron después de una final; ese túnel del que no ha podido salir uno y que jala a todos a la oscuridad.
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