Uno puede decir que el futbol son muchas cosas las que le venga en gana: que son once contra once en calzoncillos; que no es mas que un juego; que es el opio del pueblo; que futbol es futbol; o que lo hemos convertido en un negocio disparatado de interés general y beneficios muy particulares…Pero eso no puede ser todo, es imposible. No es suficiente. El futbol, como la filosofía, busca la verdad del ser humano y los caminos trazados en los dos ámbitos tienen
sus paralelismos..

martes, 30 de noviembre de 2010

He ahí el Toro



He ahí el Toro, cabizbajo buscando entre el pasto maltrecho una respuesta, una sola que le indique el porqué, el cómo; un Toro perdido de aquella tribu que hace algún tiempo atrás le procuró, lo cuidó; una tribu que ayer le curó las heridas y que hoy olvida entre aquel triste recuerdo de viejas glorias que parecen disiparse con el viento.
He ahí el Toro, cabizbajo, buscando el camino del cual se perdió y que solo los dioses del estadio conocen y dirigen y que de ellos depende el retorno a una Comarca que solo él despreció.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Epílogo: Supremacía del Balompié Nacional.



90 minutos de comunión perfecta entre cuerpo y espíritu, entre grada y campo, dio como resultado contundente el pase a la gran final del Futbol Mexicano de los Auténticos Guerreros de Santos Laguna.
Entre gritos y alaridos, representaciones eufóricas de una región ávida de triunfos, los negriverdes Guerreros demostraron durante el encuentro la supremacía del buen futbol frente las llamaradas incipientes de un America muy lejano al de sus grandes glorias y estancado en un accionar ya obsoleto.
Los Laguneros (lagunácticos, SuperGuerreros o cualquier otro adjetivo que usted guste y enaltezca a esos once que lucharon dentro de la cancha) movieron el balón y al contrincante de maneras muy diversas y creativas demostrando una lucidez excepcional en el buen trato del juego. Aquel Santo rectángulo verde del Corona se convirtió en el tablero de ajedrez de un excelente estratega que con sus movimientos y pese a la caída de una de sus torres en la defensa, logró dilucidar el pase a la gran final del Apertura 2010.

La Comarca Lagunera hoy no solo vibra por su constante esfuerzo y victorias diarias ante un desierto duro y lleno de demonios. Hoy la Comarca vibra también porque en esta tierra árida y terrosa existen once Guerreros dispuestos a conseguir más glorias para la causa Lagunera. La empresa no será nada fácil ya que del otro lado se encuentra un enemigo casi de iguales características. De estirpe diferente a la Guerrera están unos Rayados que harán todo lo posible por alejar el sueño de victoria y gloria de la Laguna.

Dos escuelas y estrategias muy diferentes se enfrentarán a partir del próximo jueves. Por un lado el toque calculador, frío, milimétricamente efectivo que a veces sacrifica al espectáculo; por el otro la creatividad y alegría por el buen trato del balón, la velocidad, el quiebre y la explosividad intrínseca de una ofensiva llena de picardía y romance con el gol.
El duelo por la Supremacía no solo del Norte, sino del balompié nacional esta ya pactado y solo uno podrá tener la cuarta estrella en su escudo. El otro, derrotado, simplemente tendrá que esperar.



domingo, 21 de noviembre de 2010

Habemus Semifinales!

Después del primer giro de la moneda la suerte arroja las semifinales del Apertura 2010. La infinita variabilidad del Futbol Mexicano ha provocado, nuevamente, que la lógica y toda aritmética desparezca al echar fuera de la fiesta grande al numero uno durante diecisiete jornadas: Cruz Azul. Los fantasmas de un futbol inestable como el nuestro aparecen nuevamente para escenificar auténticos dramas que solo nuestro balompié puede dar; el numero ocho calificado puede hoy ser campeón, dejando fuera el esfuerzo, la perseverancia y el buen trabajo de algunos durante medio año.
Los cuatro que llegan al preámbulo del final parecen dividirse en las tan marcadas ideologías y formas de vida de nuestro multicolor país. El Norte contra el Centro, la Provincia contra la Capital. De un lado, regios y laguneros, del otro la fuerza capitalina encarnada por las pieles y plumas más añejas del campo de juego Nacional.

Las pasiones ya se desborden y los regionalismos comienzan a aflorar. Los verdiblancos no solo querrán terminar de un golpe con la historia del America, también buscarán sanar una vieja herida hecha por un Toro que no quiso llenar de gloria las huestes laguneras hace ya algún tiempo atrás.
Del otro lado regios y universitarios encarnaran una batalle mas que de sudor, de sangre, de esas batallas que solo los mas débiles suelen dar ante el rival agrandado, soberbio y dueño del balón.
La suerte esta echada nuevamente. El camino al titulo se empieza a vislumbrar y solo uno podrá llegar

jueves, 4 de noviembre de 2010

El Mítico Corona



Los antiguos gladiadores tenían como sagrado recinto de batallas la Arena, místico lugar para dejar y recibir la vida de los combatientes peleadores con el único objetivo de defender el honor, la sangre misma.
Lugar simbiótico del Gladiador y su alma, la Arena se convirtió en un lugar sagrado capaz de infringir temor a los débiles y coraje a los fuertes.
Cada hombre de esta tierra busca su Arena, su recinto en el que pueda curar sus heridas y propiciar las más fuertes al contrincante, al enemigo.
Nuestros Guerreros bien pudieron iniciar su andar como auténticos gladiadores dentro del sargado pasto del Antiguo Corona. Mítico no por su tamaño y grandilocuencia, mítico mas bien por el temor que hacia supurar en los adversarios y ajenos al terruño lagunero. Mítico y sagrado por encerrar en sus muros carcomidos por el sol auténticos gritos de sufrimiento, batalla y triunfos, de sangre y sudor, de lágrimas y alegrías impresas por el pasar de pocos años pero de grandes historias.

Un pasto que domingo a domingo no solo soportaba la fuerza de un pueblo entero y sus Guerreros; soportaba también la naturaleza misma, ese calor intenso característico del averno que, lejos de ser un enemigo, quemaba intensamente, minuto a minuto, a quienes osaban empuñar la espada contra la causa Guerrera.

Quienes pisaron el Antiguo Corona, su pasto, sus gradas, podrán dar fe y testimonio de la grandeza que menos de 18 mil almas metidas allí podían imprimir en un pueblo entero. El Antiguo Corona no solo era un recinto, era El recinto del dolor ajeno. Sabedores que para conceder el angustiante sentimiento del sufrimiento se tenía que experimentar propiamente esa sensación, los Laguneros y su recinto lograban asfixiar por más de 90 minutos a su adversario hasta el grado de la aniquilación.

Quienes tocaron la cerca del Antiguo Corona, esa malla perimetral angosta entre lo verde y lo gris del graderío, podrán trasmitir a los nuevos gladiadores de estas tierras que esa pequeña delimitación física poco pudo hacer para evitar la fusión de la pasión de quienes, enfundados en la armadura Verdi blanca, sufrían y ganaban tanto dentro como fuera del área de batalla.

El mítico Corona hoy tiene un año de su desaparición física del feudo Lagunero. Desapareció para dar a luz al Majestuoso Territorio que hoy alberga las esperanzas de triunfo de un pueblo, de la Comarca entera. El mítico Corona cayó, eso sí, dando la batalla que siempre dio al desierto y a sus vicisitudes; cayó sabedor de que con su demolición el nacimiento de un nuevo recinto inevitablemente llegaría.

Hoy el Antiguo Corona, Mítico para nosotros, vive indestructible en nuestros recuerdos, vive en cada grito de gol que la propia historia Guerrera cuenta y que jamás dejará de contar.